lunes, 21 de septiembre de 2009

Uno entre un millón para hacerme llorar


El día que realicé esa foto fue el 4 de Octubre de 2008; no tenía problemas, no tenía nada por lo que preocuparme... nadie podría decirme entonces que un mes y algo después mi vida se iría al traste.
En esa foto miro al horizonte, un horizonte que se me presentaba lleno de oportunidades, de sonrisas, de felicidad... Ahora si miro al horizonte solo veo desesperación, solo busco en él una salida a todo, o mejor dicho: una respuesta. Un solo movimiento en mi vida hizo que los cimientos de mi personalidad se vinieran abajo, que todo en lo que creía se fuera al garete, que dejara de creer en lo que siempre había considerado una de las bases de mi vida; en definitiva hizo que yo misma me viniera abajo.
Supongo que nunca me pude recuperar del todo, porque cada vez que he tenido la oportunidad de volver corriendo lo he hecho, pero siempre dándome de bruces contra el suelo otra vez.

Sí, no me merece la pena absolutamente nada de lo que he hecho todas estas veces, ni siquiera el estar como estoy ahora, eso lo sé de sobra.
Es el tema que más me ha hecho llorar desde hace 9 meses, y aunque esta vez tenga que volver a empezar por mis propios errores, sigo creyendo que nada de lo que he hecho ha merecido la pena.
Desde luego, sí, eres uno entre un millón para hacerme llorar... pero lo mejor de todo, es que no es intencionadamente.

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