jueves, 15 de octubre de 2009

Que lo que buscaba ya estaba aquí



Realmente si esto es lo que llevaba tanto tiempo deseando saber ojalá nunca lo hubiera sabido, ojalá nunca hubiera sabido que había estado conmigo todo este tiempo. Esta dependencia, esto que me enferma y me cura a la vez, es lo peor que me ha podido pasar en los últimos tiempos.
Ahora sí, ¿puedo decirlo? Sí, ¿no? No me gusta esta situación. Me estoy haciendo la fuerte porque quiero aprender a serlo, me estoy inventando un millón de excusas para la lluvia, me estoy metiendo de lleno en idioteces que no tienen siquiera entrada y aún sin tenerla me estoy perdiendo en ellas.
Creo que ya es hora de dejarme de cuentos, de historias, de mentirme a mí misma, y comenzar a aceptar la realidad. Esta realidad no me gusta, y aunque he logrado huír de ella durante bastante tiempo no voy a hacerlo más. Si no me va a dejar vivir tranquila al menos vivirá conmigo hasta que se canse de mí, porque por mucho que me gustaría hacerlo yo no me voy a cansar de ella.
He dicho tantas veces que 'se acabó' que ya no me lo creo ni yo, ¡claro que saldré! Pero siempre va a quedar algo que me hará retroceder si se da la ocasión, ¿para qué mentirme más?
Me pregunto si algo me ha marcado en mi vida tanto como esto... y creo que no, pero no por el hecho de callármelo o de mentirme a mí misma lo voy a cambiar. Si deseo cambiar la realidad debo enfrentarme a ella cara a cara, comerme mi orgullo y dejar de fingir.

Ahora sí, ahora puedo decir lo que se siente.

lunes, 12 de octubre de 2009

El tamaño de las piedras



Me pregunto en qué momento de mi vida dejé que las cosas más insignificantes pudieran afectarme de tal manera que mi recuperación superara los límites establecidos entre locura y estupidez.
No, en realidad no me lo pregunto, puesto que lo sé, y lo sé tan bien que me da miedo mirar atrás.
Así mismo también me da miedo mirar hacia delante porque al no saber lo que me espera me aterra el hecho de pensar que puede tener semejanza con lo que ya he vivido y que no quiero revivir.
Dicho así es muy sencillo deducir que debería vivir el presente sin ser alterado por el pasado pero, ¿por qué me es tan imposible?

A veces me escucho llorar, a veces noto cómo mis lágrimas pasadas recorren mis mejillas y las toco y las vuelvo a tocar, pero mis ojos ya no pueden llover más. ¿Se ha secado el mar que tenía por dentro o esque hasta mis ojos han decidido qué vale la pena y qué no?
Me cuestiono muchas veces si algún día terminaré loca de remate o si simplemente saldré y lo haré victoriosa, con una banderita en mi mano derecha y mi corazón en la izquierda totalmente ileso. ¿Quién lo sabe? Me gustaría pensar que mi destino está escrito y así poder vagar durante el resto de mi vida sin un rumbo fijo porque al final de ella tendré lo que estaba elegido para mí. Si ahora se me pusiera en bandeja una carta que contuviera mi destino escrito dentro la leería; es más, me pasaría horas y horas leyéndola, porque sigo sin encontrar el camino por el que me toca andar.
Sea cual sea, mi camino va a estar repleto de piedras, pero me gustaría que fueran piedrecitas pequeñas.

jueves, 1 de octubre de 2009

Ser feliz es una obligación, por eso no lo soy


'Tienes que ser feliz'. Me lo llevan diciendo tanto tiempo que finalmente lo he tomado como una órden. Nadie acepta el hecho de que, por un motivo u otro, no pueda serlo, y ¿tan malo es? Yo opino que no.

Los días en los que, sea por lo que sea, solo me apetece quedarme encerrada en mi cuarto y no salir de allí no son los peores días de mi vida; podría decir, incluso, que son los mejores: sin preocupaciones, sin nadie que me agobie, pudiendo hacer lo que me gusta a mi antojo... La soledad no es tan mala, a mí me gusta en algunas ocasiones, pero no podría vivir en ella por siempre.
Cada vez que no respondo a un 'qué tal' con un 'bien' la respuesta acaba siendo que TENGO QUE estar bien. Vale, tener que implica obligación, así que ¿tengo la obligación de ser feliz? Toda mi vida me han obligado a ir al colegio, a estudiar y a sacar buenas notas, a ser cordial con los que lo son conmigo, a tener respeto a mis padres y otro sin fin de cosas... Pero nunca se me ha dicho que ser feliz es una obligación.
No quiero decir que no deseo ser feliz, no, es una de las cosas que más ansío del mundo, pero no de esa manera.
Por decirlo de alguna manera estoy en la edad 'rebelde', 'del pavo', o como lo quieras llamar. A todos nos gusta hacer las cosas 'prohibidas' y no hacer las que son obligadas en todas las edades, pero teniendo 15 años esto es aún más atractivo. Así que si me obligáis a ser feliz, voy a hacer todo lo contrario, porque nunca me han gustado las ataduras, la falta de libertad de elegir y mucho menos las obligaciones.


No voy a ser más feliz porque se ejerza más presión sobre mí para ello, así que dejadme conmigo misma, que siempre he salido de todo airosa y esta vez no va a ser menos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Personas que marcan tu vida



Y que lo hacen de tal manera que, tras conocerlas, tu vida nunca volverá a ser la misma.
Gente que cambia tu vida, gente especial, gente que la cambia para bien y otros que la cambian para mal. Gente que la cambia y que después desaparece, pero que no la olvidas porque gracias a ellas tienes lo que tienes hoy.

¡Gracias! Tanto a los que habéis cambiado mi vida, marcando mi meta siguiendo el camino hacia la felicidad, así como a los que habéis hecho que mi vida cambiara llevándome a los lugares más oscuros y fríos de mi interior que jamás había visitado. Todos vosotros habéis ido moldeando mi personalidad hasta que, entre unos y otros, me habéis hecho crecer.

En días en los que, como hoy, no hago más que no parar de cambiar de estado anímico me doy cuenta de todo: de los que habéis estado a mi lado día tras día (muy pocos, pero tan, tan importantes para mí); de los que me habéis abandonado en el medio del camino; de los que me habéis mentido; de los que habéis jugado conmigo; de los que me habéis regalado vuestros besos, abrazos y sonrisas sin pedirlos de mi parte a cambio; de todos los consejos y de cada momento vivido.
Como escribí en la otra entrada, no quiero olvidarme de ninguna de esas cosas, porque me han hecho cambiar.
Hasta hace unos años, 3 ó 4 (no sé decirlo con exactitud), no sabía lo que era una amiga, ni mucho menos un amigo. También desconocía lo que era sufrir por alguien, y creo que lo he desconocido hasta hace poco menos de un año. Sin embargo, aunque la balanza caiga sobre las cosas malas que han modificado mi forma de ser, las cosas buenas no se han quedado atrás.
Ahora no soy ni de lejos tan confiada, pero sí el doble de cariñosa, entre otras cosas.
Hasta hace poco no tenía nadie que me abrazara cuando yo lo necesitara sin pedirlo, alguien que supiera lo que me pasaba con solo mirarme o cruzar un par de palabras, y haber encontrado todo eso en algunas personas para mí lo ha sido TODO.
Todo lo que me ha hecho avanzar a pesar de las caídas, las caídas que me dejaban sangrando por todas las partes de mi cuerpo, ha sido eso.

Entre todas esas personas que habéis cambiado mi vida, tanto los que la habéis cambiado para bien como para mal, habéis logrado algo muy grande: enseñarme que merezco ser feliz por encima de todo, porque sin golpes no podría aprender, y sin aprender no podría vivir.


Y ahora, ahora tengo que volver a aprender a caminar, pero esta vez no lo haré sola.

domingo, 27 de septiembre de 2009

No quiero olvidar


No quiero olvidarme de nada de lo que ha pasado en mi vida. He perdonado todo, como me han enseñado a hacer, pero nunca voy a olvidar.
No pienso olvidar todas las cosas que me han hecho, asi como las cosas buenas que he vivido.
No voy a enterrar mis recuerdos dolorosos solo por el hecho de serlo. Si los olvidara, no serían recuerdos, no merecerían el calificativo de ello, así que van a seguir en mi memoria.
El simple hecho de que duelan hacen que me vuelva más fuerte. Si ahora los abandonara en algún lugar me estaría volviendo una auténtica cobarde por no enfrentarme a ellos.
Vale, ¡me duele! Nunca he dicho que no sea así, me duele, me duele, ¡me duele! Me hace daño tener todas esas imágenes en mi mente, pero me da igual.
No puedo intentar olvidar algo que yo he atraído a mí, porque todo lo que he vivido lo he atraído de una forma u otra. No, no es justo que me amargue pensando en todo lo que me duele, pero tampoco sería justo apartar lo que me hace daño sin tener un motivo exacto.

Puede que muchas cosas de las que mantengo en la memoria me hagan daño, puede que gracias a ellas halla sonreído más de una vez y es posible que por su culpa halla derramado muchas más lágrimas de las que nadie podría imaginar.
Quizás he sufrido demasiado por simples recuerdos.
O simplemente he vivido de mentiras internas que yo misma me contaba.
Es hora de aprender a vivir con todo ello, si hay que llorar, lloraré. Si hay que reír, reiré. Pero no voy a girar la cabeza, enterrar todos esos recuerdos y decir 'el pasado, pasado es'.
Me niego a olvidar, no lo haré. Tanto lo bueno como lo malo se va a quedar en mi cabeza y me ayudará a crecer y a hacerme fuerte; a saber en quién confiar y en quién no; a saber que vivo rodeada de mentiras, pero que ya no me las cuento yo; a valorar lo que tengo y a no dejarlo escapar, pero sabiendo que lo que realmente tengo a mi lado es real y que merece la pena.

Y sobre todo, mientras siga creyendo que todo pasó (porque mi mente no me engaña, sé que ocurrió), será lo único que tenga a lo que agarrarme para seguir adelante, no bajar la mirada y sonreír.

sábado, 26 de septiembre de 2009

El miedo es lo que te hace valiente


Desde siempre he sido una auténtica cobarde: he rehuído todo aquello a lo que temo o simplemente he cerrado los ojos.
Realmente miento, de pequeña no era tan cobarde como ahora; supongo que todas las cosas que me han ido pasando desde hace unos 4 años o así han hecho que cambie por completo mi personalidad, infundiéndome temores que nunca antes había conocido, y volviéndome totalmente frágil.
Cada vez que siento que debo mantenerme alejada de las cosas que me hacen daño me resulta tan complicado que termino haciéndome aún más daño que estando cerca de ellas. No me refiero a nada en particular, es simplemente un hecho.

De todos modos ser una cobarde no significa ser idiota, ni mucho menos no tener un futuro por delante.
Cuando tienes miedo es un miedo infundido por algo, no tienes miedo porque sí, algo ha hecho que tengas miedo (aunque fuese un mínimo pensamiento que deshechas en un segundo), así que no eres idiota por tenerlo: has sido obligado a ello. Tener miedo es algo bueno, algo de lo que se puede aprender. No puedes ser valiente sin haber temido nunca a nada, porque si no has tenido un miedo y lo has peleado hasta acabar con él, ¿qué mérito tiene? Así como el cobarde no nace, se hace, el valiente también. Si tienes un miedo y te quedas quieto, encerrándote en una burbuja hasta que 'se pase todo', te conviertes en un cobarde. Pero si por el contrario tienes un miedo y sales de esa burbuja para plantarle cara, lo derrotes o no, te conviertes en alguien valiente.
Del mismo modo llorar no es algo malo, no llorar no significa que seas más o menos fuerte, o más macho. Llorar no es signo de debilidad, si no de humanidad; llorar es una de las formas más exactas que tienen tus ojos para poder comunicarte a ti con tu alrededor. Y si comunicarse es ser débil el mundo entero está lleno de débiles, ¡yo sería una de las personas más débiles sobre la faz de la tierra!
Así mismo el no ser una persona del todo sociable no indica que seas una persona extraña, de la que no te puedes fiar o aterradora. ¿A caso le has preguntado por qué en ciertos momentos no desea salir con sus amigos? ¿A caso te has molestado en saber por qué esa persona es como es? A mi forma de ver vale más en alguien el mostrarse frío con los demás porque no tiene ganas de hacer otra cosa a una persona que finge estando rodeado de gente y cambia al estar solo; simplemente es otra clase de mentira.



Sin cobardía, no hay valentía. Sin valentía no hay resolución de problemas. Sin resolución de problemas no hay una vida plena. Y sin una vida plena no hay felicidad.
El hombre se ha dedicado desde que llegó a este planeta a ser el más poderoso, sin importarle la felicidad de los demás, o incluso la suya propia. Pero bien sabemos todos los humanos que un líder infeliz no es más que otra hormiga más en el hormiguero, y sea como sea, yo quiero ser la reina, no para gobernar, sino para darme cuenta de una vez por todas de que sin ser feliz nunca lograré nada.




viernes, 25 de septiembre de 2009

Déjalo YA


Parece que no te basta con desconfiar de mí, si no que eres capaz de poner las medidas necesarias para evitar algo que no haría, por el simple hecho de que no soy como tú y no quiero hacerte daño.
Sin embargo, tú me estás jodiendo más y más la vida, ¿sabes? Como si no tuviera bastante como para que ahora me vengas con estas.
No creo que te interese que hoy, cuando te he llamado para comprobar mis sospechas, al saber que eran ciertas, no podía respirar. Tampoco te interesan los esfuerzos que hago por no volverme loca, porque voy camino de ello. Por descontado sé que te da igual cómo me pueda sentir.

¿Sabes? Si realmente quieres que me vaya no tienes más que ponerme de patitas en la calle, pero si me quieres encerrar ten en cuenta que no te lo voy a poner nada, pero nada fácil.

Ya vale, por favor, me estáis dejando en el suelo entre todos y esta vez creo que levantarme no va a ser tan fácil como las demás.
Veo como toda mi vida y todo lo que he luchado se me va al traste, y quizás sea hora de pedir ayuda, porque con esto, esta vez, no puedo sola.