domingo, 20 de septiembre de 2009

Controlar el egoísmo


Me gustaría poder devolver todo lo que la gente da por mí, uno por uno, hasta haber devuelto cada muestra de afecto que se me ha dado.
Sé que hay quien ha dado tanto por mí que no puedo hacerme una idea, y ¿qué puedo hacer yo para devolvérselo?
No siempre soy todo lo cariñosa que debería ser, normalmente soy reacia a pedir perdón, soy egoísta y de vez en cuando puedo resultar egocéntrica. Puedo ser muy torpe, y habitualmente muy borde. Creo que cada vez que alguien da algo por mí lo que hace es perderlo, porque no sé devolvérselo, y si logro hacerlo seguramente acabaré metiendo la pata en el intento.
Pese a todo eso, yo no soy como soy por gusto, supongo que de una manera u otra todo lo que me ha tocado vivir ha conformado la personalidad que tengo hoy día. Cuando me encuentro segura de mis actos, o segura con las personas con las que estoy, esa personalidad da un vuelco enorme... Me vuelvo cariñosísima, simpática, alegre todo el tiempo, nada egocéntrica o egoísta y sobre todo muy protectora... Me vuelvo yo, y me vuelvo todo lo vulnerable que no soy cuando mi personalidad cambia de nuevo. Me gustaría ser así todo el tiempo, pero no puedo.
Cada minuto que sigo pasando aquí encerrada, entre estas cuatro paredes a las que muchos llaman ciudad, hace que vaya perdiendo más aún la personalidad que me gusta tener. Aquí tengo miedo, y tengo mucho frío; aquí intento sostenerme día tras día, y aunque sé que no estoy sola, aun estando rodeada de gente, sigo sintiéndome así.

Sin embargo sé que aunque pueda ser egoísta, hay cosas que no puedo permitirme. Ahora el más mínimo intento de escapada acabaría con la gente que tengo en mi casa, con la confianza que tienen en mí... Ahora cualquier intento de escapada se volvería en contra de mis estudios, y sé lo que se espera de mí en ese campo. Cualquier intento de escapada supondría decir a las personas que están aquí que no me basta con su cariño, que necesito salir, y supongo que también acabaría con ellas... Todos los días intento callarme que seguir aquí me está haciendo daño, llevo ya años haciéndolo, pero llega un momento en el que hace el daño suficiente como para querer gritar. Sin embargo, ¿qué otra cosa puedo hacer? Supongo que seguir aquí, sin protestar, es la única manera que tengo de devolver a quienes me han ayudado de cerca, a mi propia familia en sí, todo cuanto han hecho por mí porque... ¿intentar marcharme ahora sería agradecérselo? No. Mi única opción es quedarme y callar, porque aunque pueda ser egoísta y egocéntrica algunas veces no quiero herir a lo que tengo cerca, y al fin y al cabo, unos años más de aguante no acabarán conmigo... ¿verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario